El espíritu de Guerrero
“… para ser un guerrero espiritual es necesario desarrollar un determinado tipo de coraje, profundamente inteligente, apacible e intrépido.
Y aunque los guerreros espirituales puedan seguir sintiendo miedo, son lo suficientemente valientes para probar el sufrimiento, para establecer una relación clara con su miedo fundamental y para no evadirse a la hora de extraer lecciones de las dificultades… Llegar a ser un guerrero significa que “somos capaces de cambiar nuestra mezquina lucha en pos de la seguridad por una visión mucho más amplia, hecha de audacia, de apertura y de heroísmo auténtico”. Entrar en el campo transformador de esta visión mucho más amplia es aprender a sentirnos a nuestras anchas con los cambios y a hacer de la impermanéncia nuestra amiga... “
El libro tibetano de la vida y de la muerte
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Las experiencias negativas acostumbran a ser desconcertantes, puesto que solemos interpretarlas como una mala señal.
Sin embargo, lo cierto es que las experiencias negativas que se presenta en nuestra práctica son una bendición disfrazada. Intentad no reaccionar a ellas con aversión, tal como lo harías normalmente, y reconocerlas como lo que realmente son: meras experiencias, ilusorias y parecidas a un sueño.
La comprensión de la verdadera naturaleza de las experiencias nos libera del daño o del peligro de la experiencia en sí; por consiguiente, una experiencia negativa puede llegar a convertirse en una fuente de gran bendición y de realización. Existen innumerables relatos a cerca de cómo los maestros trabajaron de este modo con sus experiencias negativas y las transformaron en catalizadores de su realización.
Se dice tradicionalmente que para un practicante verdadero no son las experiencias negativas, sino las positivas las que representan un obstáculo. Cuando las cosas van bien, debéis tener mucho cuidado y estar especialmente atentos para no volveros autocomplacientes o confiados en exceso. Recordad lo que me dijo Dudjom Rimpoche cundo me hallaba en medio de una experiencia muy intensa "No te excites demasiado. A fin de cuentas, no es ni bueno ni malo". El sabía que estaba comenzando a apegarme a la experiencia: ese apego, al igual que cualquier otro, debe ser "cortado". Lo que hemos de aprender, tanto en la meditación como en la vida, es a permanecer libres del apego a las buenas experiencias y libres de aversión a las negativas.
El libro tibetano de la vida y de la muerte
